Mitos y realidades sobre la LGD: desmontando prejuicios

5 de agosto de 2025

La Ley General de Discapacidad (LGD) es una de las normativas más importantes en materia de inclusión en España, pero también una de las más desconocidas y rodeada de prejuicios. Vamos a aclarar los principales mitos y realidades sobre esta ley.

Mito 1: «La LGD solo beneficia a personas con discapacidad»

Realidad: La LGD beneficia a toda la sociedad. Las empresas que cumplen con la normativa no solo evitan sanciones, sino que:

  • Mejoran su clima laboral al fomentar la diversidad
  • Acceden a ventajas fiscales y subvenciones
  • Refuerzan su imagen corporativa como organización socialmente responsable

 

Mito 2: «Adaptar los puestos de trabajo es muy costoso»

Realidad: La mayoría de adaptaciones requieren inversiones mínimas. Según estudios:

  • El 60% de las adaptaciones tienen coste cero (flexibilidad horaria, redistribución de tareas)
  • El 35% suponen un coste inferior a 150€ (software especializado, mobiliario ergonómico)
  • Solo el 5% requieren inversiones significativas

 

Mito 3: «Las sanciones por incumplir la LGD no se aplican»

Realidad: Las inspecciones de trabajo están incrementando los controles. En 2023:

  • Se impusieron 1.247 sanciones por incumplimiento de la LGD
  • El importe medio de las multas superó los 18.000€
  • 72 empresas perdieron acceso a contratos públicos por esta causa

 

Mito 4: «Solo las grandes empresas deben cumplirla»

Realidad: Aunque la cuota del 2% aplica a empresas con 50+ empleados:

  • Todas las organizaciones deben garantizar accesibilidad
  • Las PYMES pueden acceder a ayudas específicas para la contratación
  • El sector público tiene obligaciones aún más estrictas

 

Mito 5: «Las personas con discapacidad son menos productivas»

Realidad: Diversos estudios demuestran que:

  • El 89% de empresas que contratan bajo LGD mantienen o mejoran su productividad
  • El absentismo laboral es un 27% menor en este colectivo
  • La tasa de fidelización supera la media

Conclusión:

La LGD no es una carga, sino una oportunidad para construir empresas más competitivas y una sociedad más justa. Romper estos prejuicios es el primer paso para aprovechar sus beneficios.