Mitos y realidades sobre la LGD: desmontando prejuicios

La Ley General de Discapacidad (LGD) es una de las normativas más importantes en materia de inclusión en España, pero también una de las más desconocidas y rodeada de prejuicios. Vamos a aclarar los principales mitos y realidades sobre esta ley.
Mito 1: «La LGD solo beneficia a personas con discapacidad»
Realidad: La LGD beneficia a toda la sociedad. Las empresas que cumplen con la normativa no solo evitan sanciones, sino que:
- Mejoran su clima laboral al fomentar la diversidad
- Acceden a ventajas fiscales y subvenciones
- Refuerzan su imagen corporativa como organización socialmente responsable
Mito 2: «Adaptar los puestos de trabajo es muy costoso»
Realidad: La mayoría de adaptaciones requieren inversiones mínimas. Según estudios:
- El 60% de las adaptaciones tienen coste cero (flexibilidad horaria, redistribución de tareas)
- El 35% suponen un coste inferior a 150€ (software especializado, mobiliario ergonómico)
- Solo el 5% requieren inversiones significativas
Mito 3: «Las sanciones por incumplir la LGD no se aplican»
Realidad: Las inspecciones de trabajo están incrementando los controles. En 2023:
- Se impusieron 1.247 sanciones por incumplimiento de la LGD
- El importe medio de las multas superó los 18.000€
- 72 empresas perdieron acceso a contratos públicos por esta causa
Mito 4: «Solo las grandes empresas deben cumplirla»
Realidad: Aunque la cuota del 2% aplica a empresas con 50+ empleados:
- Todas las organizaciones deben garantizar accesibilidad
- Las PYMES pueden acceder a ayudas específicas para la contratación
- El sector público tiene obligaciones aún más estrictas
Mito 5: «Las personas con discapacidad son menos productivas»
Realidad: Diversos estudios demuestran que:
- El 89% de empresas que contratan bajo LGD mantienen o mejoran su productividad
- El absentismo laboral es un 27% menor en este colectivo
- La tasa de fidelización supera la media
Conclusión:
La LGD no es una carga, sino una oportunidad para construir empresas más competitivas y una sociedad más justa. Romper estos prejuicios es el primer paso para aprovechar sus beneficios.
Artículos relacionados